Festival de cine de San Sebastián: las Conchas ya están en camino

Nueve días de locura llegan cada año a San Sebastián en el mes de septiembre: la Concha de Oro y las de Plata vienen buscando dueño en nuestro festival de cine más internacional y prestigioso. Del 22 al 30 de este mes, la capital guipuzcoana se convierte en la meca del cine, y multitud de periodistas cubren el evento, tanto por su parte artística como social, cuando esperan a que lleguen todas esas estrellas del celuloide nacional e internacional para dar glamour a la ciudad.

Me he fijado en que, en sus 71 años de historia de este festival, sus categorías no han variado mucho. Y, como en otros festivales prestigiosos que se celebran internacionalmente, nunca vemos una categoría de cine para adultos, ¿por qué será? Denostamos este tipo de cine llamándolo pornografía, como si esto fuera un agravio o algo despreciable, pero olvidamos la categoría de cine erótico, que tantas alegrías ha dado sobre todo a directores europeos. Como sea, nada que tenga tufillo a contenido xxx sale en estos festivales, y eso es alejarse mucho de nuestra realidad.

Los videos porno se ven, punto. Lo ven la gente madura, la gente mayor y la gente no tan mayor; pero querer decir que no se consume pornografía es una idiotez. El cine porno no está en sus mejores momentos, es cierto, y mucho menos en nuestro país en donde ya no existe ni una sala de cine para adultos. Ahora todo es pornografía online en su mayor parte, pero eso no quiere decir que no exista y que no se deba tener en cuenta. Además, es una industria boyante que sigue dando buenos beneficios, y en la que muchas de nuestras chicas empiezan a hacer sus pinitos, encontrando su primer trabajo remunerado. Porque sí, las mujeres maduras tienen su público, máxime cuando ahora se hacen mayores mucho más tarde; pero el porno jovencitas se sigue llevando la palma, y es gracias a que las chicas de 18, 19 y 20 años se lanzan a él como salida profesional.

Por desgracia, y a pesar de las categorías pornográficas que incluyen maduras, las actrices porno tienen por lo general una carrera con fecha de caducidad corta. Tuvimos un ejemplo de ello cuando Sasha Grey dejó el cine porno con tan solo 21 años, algo que parecía increíble. La actriz había llegado al cine para adultos recién cumplida la mayoría de edad, y en esos tres años se había hecho un nombre en la profesión, ganando incluso prestigiosos premios; de pronto abandonó su lucrativa carrera para hacer cine convencional, escribir libros e incluso haciendo streaming de videojuegos. Desde luego, la chica no quedó quieta, y es un ejemplo perfecto de lo que acabo de decir: llegó, rodó y venció, y en pocos años el sexo jovencitas se le quedó corto, y ella pasó a otra fase.

La pornografía no es solo cine, eso ya lo sé, pero en los tiempos que corren esa es su máximo expresión. Sin embargo, no parece que se cuiden las formas, ni los decorados, ni los guiones; o, si lo hacen, nadie se toma el tiempo necesario para notarlo. Difícilmente podría una película xxx ser rival para ninguna de las que se emiten en los festivales de cine convencional, pero ¿y qué tal en su misma categoría? Podría ser una forma de evitar todos esos tópicos y estereotipos que se le atribuyen al porno, y hacer que el cine para adultos adquiriera una seriedad y una calidad nunca antes vista. ¿Crees tú que la sociedad estaría preparada para calificar una de estas películas como cualquier otro drama, comedia o documental?